viernes, 15 de octubre de 2010

Unamuno y Alonso Quesada en Santa Brígida.

El Poeta Alonso Quesada esta presente desde ayer en Santa Brígida. Una Placa al lado de la casa donde murió recuerda su estancia en Santa Brígida.

En el verano de 1925, el poeta Alonso Quesada se refugió con su familia en una casa de la Plaza doña Luisa, por debajo de la vieja carretera del centro, aquejado de una dolencia que le minaba su existencia: la tuberculosis. Aquí llevaría una vida reposada, sedentaria, contemplativa, con cortos paseos por la carretera o tomando fotografías de su pequeña hija Amalia, de apenas dos años, antes de que la muerte le envolviera aquel cuatro de noviembre cuando apenas contaba con 39 años.

El Viernes y con la presencia de la hija y el nieto de Alonso Quesada se descubrio una placa conmemorativa a Alonso Quesada muy cerca de la casa c donde fallecio el poeta .Para Pedro Socorro, Cronista Oficial de la Villa de Santa Brígida este acto es una oportunidad para que Santa Brígida recuerde la figura del poeta grancanario Alonso Quesada, aquel “jovencito endeble y muy movedizo”, como recuerda Unamuno, que aleteaba las manos al recitar su poema, en los juegos Florales de Las Palmas de 1910. Para entonces no sólo había suscitado la atención del que entonces era tenido como el escritor español más importante e influyente, sino ya había conquistado una merecida popularidad como cronista de la ciudad, pero seguía necesitando un oficio secundario para comer y otras colaboraciones en la prensa, en cuyas páginas solía hacer revelaciones muy interesantes e ingeniosas de la vida de la ciudad y de su gente, fruto de cuyas colaboraciones fue el libro Crónicas de la ciudad y de la noche, publicado en 1919.

La visita de Unamuno a Gran Canaria en 1910


­José A. Luján Henríquez, catedrático de Lengua Castellana y Literatura del IES "Pérez Galdós" nos lo recordo en su disertacion en en la Sala Polivalente Lola Massieu de la Villa, dentro de los actos conmemorativos de la visita del escritor ,hace 100 años a Gran Canaria.Lujan recordo que este año celebramos la presencia del escritor Miguel de Unamuno hace un siglo en las calles de Las Pal­mas de Gran Canaria y en los caminos de la isla interior

Desde aquella primera visita, en 1910, con ocasión de los Juegos Florales en Las Palmas, y luego, en 1924, con motivo de su confinamiento en la isla de Fuerteventura, el rector de Salamanca no ha dejado de estar presente en la cultura isleña,-según Lujan - fuera de sus obligaciones oficiales, Unamuno aprovechó su estancia para hacer excursiones por la isla. El lunes 18 de julio de 1910 acudió a una hacienda familiar de El Monte Lentiscal, situada en Los Hoyos, invitado por su antiguo alumno Juan Rivero del Castillo, hijo del poeta canario Domingo Rivero González. Unamuno dejó constancia de su agradecimiento por el agasajo familiar de la familia Rivero en una carta dedicada a doña María de las Nieves del Castillo Olivares y Fierro, según relata el profesor Antonio Henríquez Jiménez en su trabajo Unamuno, Rivero y otras cosas..
El acto se cerro con una recitación de un Romance oral a cargo de Concha Acosta, perteneciente al Teatro de Cámara Villa de Santa Brígida.